viernes, 20 de abril de 2007

De culo

Hay gente muy tonta. Hay gente estupida. Hay gente por debajo de la subnormalidad. Luego estoy yo, y luego los de este video.
Pero caramba, que me acaba de alegrar el dia despues de una semana horribilis en el curro.



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miércoles, 18 de abril de 2007

Teorema de la mejora de un elemento gráfico

Teniendo un elemento A perteneciente a un subconjunto A' de los considerados como gráficos ( videograbación, instantaneas fotográficas, etc) y aceptando el Corolario de la Continua Mejora de los Elementos Finitos del Universo ( "todo objeto es susceptible de mejora" ), sometiendo dicho elemento a una valoración objetiva, es cierto el hecho que es posible incrementar el interés depositado sobre el objeto y a la par conseguir un aumento considerable de la calidad del mísmo si añadimos al sujeto objeto de mejora ninjas japoneses.

Y para muestra, un botón


Del mismo modo existe otra corriente matemática que promulga los mismos hechos pero sustituyendo los ninjas japoneses por Orcos de la Tierra Media.


lunes, 16 de abril de 2007

Camera Café

Hay gente que no se estresa a costa del agobio que se hacen los demás. Afortunados, dirían unos,
impasibles, dirían otros, hijosdeputa, dice Pablo.

y es que cuando uno tiene que darse doble ración de estrés, por eso de la entropía universal,q ue es muy puta y afecta lo mismo al cosmos que al curro, pues el individuo A esta como una rosa, pero el individuo B está doblemente jodido, y un poco más aun, porque viendo la tranquilidad infundada de A piensa: -Pero que cabrón, como puede estar tan tranquilo, vaya güebazos, este seguro que sabe algo que yo no se. maldita sea, seguro que lo estoy haciendo mal y por eso me falta tiempo. Mierda mierda mierdaaaaaaaa.

Y eso, que hoy he salido del trabajo a las 10:15 (Diez horas y quince minutos) mientras mi jefe, teniendo la entrega del proyecto el lunes, y sin tener nada tangible aun, se pasa el día silbando y diciendo que no pasa nada, que sobra el tiempo...

Cagontóoooo...

sábado, 14 de abril de 2007

Amor de madre

Ignasi dice que no y su madre lo mata. Ya llevaba tiempo con ganas de hacerlo, así que sube corriendo por las escaleras hasta la salita del segundo piso, abre una ventana, luego la otra y se queda mirando el paisaje, el bosque que pide correr, saltar, jugar, crecer y vivir. Ayer estaba nublado como una mente impotente, hoy solea el cielo en mi cara y en mi vida y lo agradeceré triste pero eternamente. De vuelta abajo coge a su hijo por los pies y lo arrastra a lo largo del pasillo hasta la puerta de entrada, ahora de salida, sigue por el camino de gravilla y lo sube a trompicones escalón a escalón hasta la terraza de arriba. Suerte de la polea, y lo deja colgando mientras ella se sube al tejado apoyada en la escoba. Lo empuja para que se balancee, le agarra un brazo y ya lo tiene sobre las tejas. Fuerza bruta y el niño chimenea abajo. Quizá demasiado. ¡Carajo! Espero que esté atascado. Sin más demora vuelve a la cocina, se lava las manos, vaso de agua y tortilla, que son las tres. Siesta del borrego llave en mano y cuando repica contra el suelo hay que preparar el fuego. Poca leña hay ahí, ¡la Virgen!, esto es el cuento de nunca acabar. Anda, si le asoma un brazo. Bueno, pues con menos altura de fuego ya bastará. Periódicos, ramitas, cuatro sobras, leña menuda, leña gruesa y tres troncos medianos, dos gordos que harán faena y una buena montaña al lado para ir echando. Ya prende, esto. Está creciendo. Un poco más. Abre las ventanas y la puerta para darle más tiro, que empieza a oler a chamuscado. La mano ya está negra. Pues ahora no cabe más que esperar e ir poniendo leña hasta que se consuma del todo. ¿Cuánto tardará? Media tarde, un día dos, días... lo que haga falta. Tantos años de agonía pueden tardar lo suyo en desaparecer. Mientras el fuego crece a lengüetazos ella se va al cuarto del niño. Deshace la cama, quemará también las sábanas –total, ya no las usará–, recoge el barreño con el último pis y topa con el diario de su hijo. En la última página lee: “La enfermedad de mi cuerpo ha hecho enfermar mi cabeza. Mañana le diré que no, que ya no.” y se seca la composición salina de tristeza, alivio y alegría que le moja la cara.

domingo, 1 de abril de 2007

Los peligros de la vida cotidiana

El ser humano viene con unos valores por defecto que no incluyen la posibilidad de ser modificados por el usuario, y uno de ellos es la incapacidad para reconocer situaciones de peligro.

El peligro acecha en cada esquina, cualquier situación inofensiva puede tornarse en milésimas de segundo en potencialmente peligrosa. No estamos a salvo en ningún sitio, hasta el punto de que el simple hecho de comer puede suponer un disgusto de grandes proporciones. Ya no me refiero a envenenamientos, atragantamientos o a simple engorde del personal por no mirar las calorias que incluyen en su dieta, sino a algo más inesperado por la naturaleza del objeto agresor. Una empanadilla. Si señores, una empanadilla te puede dar un disgusto, y bien gordo. Y tu piensas, ¿que demonios tienes que hacer para que una empanadilla pueda llegar a dañar tu cuerpo?

Bien, eso me pregunté yo cuando vi las secuelas que a mi hermana Pin Mendoza le causo uno de esos demoniacos trozos de masa rellenos. Ya no es relevante si la empanadilla era de atun o de cualquier otra cosa, pero parecia que la había rellenado el mismo Belcebú. Las secuelas de darle un bocado a una empanadilla fria por fuera, caliente por dentro fueron quemaduras con ampolla en labios, lengua y mano de la susodicha, que lejos de lanzar el contenido de tan terrorifico entrante, se lo paso a la mano para no ser descortés para con los demás participantes en la cena en la que se encontraba.

Al final nos llevaremos las manos a la cabeza cuando alguien muera por clavarse un Palote en el corazón. Estoy seguro de que no esta tan lejano ese día.

Por cierto, me comentan que las temidas armas biológicas que escondia Sadam Hussein en Irak y que con tanto ahinco buscaban Bush y sus secuaces, eran ciertamente empanadillas de enormes dimensiones. Ahora todo encaja y queda perfectamente justificada la intervención militar en Irak, ya no lo cuestionare nunca más.

Aqui Josemari cuando le dijeron que tenia razón